NOTI SALUD

miércoles, 17 de junio de 2009

¿ Cuál es la mejor alimentación para su bebé: la leche materna u otras alternativas?

La alimentación del bebé es fundamental para su desarrollo y crecimiento.

Sin embargo, la gran cantidad de publicidad que aparece en los medios y la falta de tiempo hacen que muchas madres actualmente se pregunten ¿Cuál es la mejor alimentación para su bebé: la leche materna u otras alternativas?

Antes de tomar una decisión sobre cuál es la mejor leche para su hijo, toda madre debería analizar el contenido nutricional de la leche materna y las ventajas que ofrece para el bebé y para ellas mismas versus las otras alternativas para poder así considerar la mejor opción.

En este sentido, podemos indicar que la leche materna es un alimento completo ya que contiene las cantidades adecuadas de proteínas, grasas e hidratos de carbono. Inclusive contiene vitaminas (entre ellas, el complejo B y la vitamina D). Todos estos elementos necesarios para el crecimiento saludable del niño.

Además, la leche materna tiene la temperatura adecuada para el bebé, se encuentra prácticamente libre de gérmenes y es baja en grasas.

Amamantar trae grandes beneficios tanto al bebé como a la madre entre los cuales podemos mencionar:

Para el bebé

  • Evita los riesgos que suele provocar una leche en mal estado (fecha de vencimiento expirado o el agua contaminada)

  • Evita el contacto con químicos y productos artificiales que pueden ocasionar al bebé alergias en el futuro.

  • Reduce la cantidad de trastornos alimenticios y de digestión como la diarrea y la constipación o estreñimiento.

Para la madre

  • Recobra más pronto su figura después del parto

  • Reduce el riesgo de sufrir de cáncer del seno

Sin embargo, la madre, que quiera dar pecho a su hijo,requiere de cuidados adicionales como los siguientes:

Debe prestar atención especial no sólo a su alimentación, la cual debe ser lo más sana y natural posible pues de ello depende la salud y desarrollo de su bebé, sino también de los medicamentos que pudiera consumir ya que podrían pasar a través de la leche al niño.

Para evitar posibles complicaciones, es necesario mantener una buena higiene personal que involucre entre otros lavar y secar las manos antes que entren en contacto con los senos, lavar cuidadosamente los senos, antes y después de que el bebé es amamantado y hacer una limpieza diaria con jabón; las restantes, con agua tibia solamente. Se debe recordar enjuagar muy bien el jabón para que no afecte la leche.

Para detener las salidas espontáneas de leche del seno materno o las exudaciones, se deberá apretar la yema de los dedos contra el pezón y también es recomendable el uso de sostenedores especiales de maternidad. Estos son anchos y dan cabida a las almohadillas de algodón (o gasa) que suelen colocarse para absorber estas exudaciones. Este tipo de prenda está provista de un forro interior de plástico que la hace impermeable. Se debe evitar que entre en contacto directo con los pezones.

Una dolencia que suele aparece dos o tres semanas después del parto en las mujeres que amamantan es la mastitis o inflamación de los senos siendo el mejor remedio el propio bebé, ya que la succión ayuda a vaciar el seno inflamado por la acumulación de la leche. Si usted observa que el bebé no ha vaciado completamente los senos durante su alimentación, debe ejerzcer sobre ellos una ligera presión con sus dedos.

Al dar pecho al bebé, es conveniente tener en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • Evitar que el bebé permanezca demasiado tiempo al pecho pues éste termina por cansarse.

  • Evitar seguir dando el pecho al niño después de que casi toda la leche se ha sacado, ya que tragará mayor cantidad de aire lo que pudiera darle cólicos después.

  • Acostumbrar al bebé a que succione ambos senos ofreciéndoselos alternativamente en varios intentos para que, en el futuro, no prefiera uno y rechace succionar el otro.



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